La trampa de la innovación en América Latina
Durante los últimos años, América Latina viene aumentando considerablemente sus esfuerzos en materia de investigación y desarrollo. Esto puede cuantificarse en las siderales sumas destinadas a tal efecto. Sin embargo, como casi en todos los casos que hemos ido abordando en nuestros artículos hasta ahora, más dinero no significa necesariamente mayores (o mejores) resultados y, por supuesto, no significa mayor innovación en América Latina.
En éste breve artículo, revisaremos el Estado de la innovación en América Latina. ¿Por qué? La misma es un ingrediente crucial para cualquier nación que busque mejorar su competitividad mundial y prosperar económicamente. De hecho, es el gran factor que ha separado a los países que siguen apostando por matrices de crecimiento tradicionales (básicamente, aumentar la dotación de factores productivos) de aquellos que basan su producción en servicios de alta complejidad y gran escalabilidad. Veamos de lleno ésta cuestión más adelante.
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Producción, innovación y desarrollo en América Latina
Varias veces nos hemos referido en éste blog a las distintas formas de crecimiento y desarrollo económico. Si bien han cambiado con el tiempo, la manera clásica de hacer crecer un país es expandiendo su frontera de posibilidades de producción (o sea, la cantidad de bienes y servicios que es capaz de producir un país). Esto lo conseguimos, típicamente, aumentando la cantidad de factores que nos permiten producir más.
Mientras que ésta receta sigue teniendo relevancia, es justo decir que la manera en la que muchas naciones (sobre todo pequeñas) están dando saltos agigantados hoy en día, es por su capacidad de utilizar la tecnología para lograr complejos sistemas que resuelven grandes necesidades sociales (como la comunicación, las transferencias de dinero, o el transporte). Esto se denomina exponencialismo, y es la punta de lanza de la innovación moderna.
Aquellos países que apuesten por el desarrollo de tecnologías exponenciales, serán los que, tarde o temprano, triunfen en el plano económico y sacudan el tablero mundial.
Dónde está parada Latinoamérica?
América Latina es una región diversa, según los tipos de indicadores de innovación que utilicemos en nuestra investigación empírica.
Si bien el desempeño general de América Latina ha aumentado un 2% en comparación con las cifras de los últimos años, los países de la región aún están trabajando para aprovechar su potencial innovador. América Latina está rezagada tanto en términos de los recursos que catalizan la innovación, incluido el aumento de la inversión, los graduados en ciencia y tecnología, la disponibilidad de mercados crediticios, etc., como en términos de los resultados de la innovación, como la demanda de patentes y artículos científicos publicados.
Los resultados de este año muestran que mientras los países de América Latina y el Caribe invierten cada vez más en I+D; e innovación, no necesariamente están convirtiendo estos recursos en productos de innovación como patentes, publicaciones científicas, certificados de calidad, productos, alta tecnología, marcas y similares. Justamente a esto nos referimos cuando hablamos de “trampa de la innovación en América Latina”. Destinar grandes sumas de dinero para financiar investigaciones que no reditúen luego en el plano económico no es i+D, sino propaganda.
Muchos países latinoamericanos tienen políticas para fomentar la innovación, pero la mayoría no son tan efectivas o eficientes como deberían ser. El excelente trabajo de Johan Schot, muestra que América Latina y otros países necesitan posicionar la política de innovación como un mecanismo para abordar problemas económicos y sociales más amplios.
Los países latinoamericanos deben unirse al creciente movimiento mundial para tomar más en serio las iniciativas de políticas innovadoras, utilizando una variedad de instrumentos, incluidos los enfoques de ensayos controlados aleatorios. En América Latina, como en otros lugares, el desarrollo de políticas de innovación efectivas puede servir como un antídoto potencial para la incertidumbre económica y política, regional y global.
Innovación y política pública
Grupos de países latinoamericanos como MERCOSUR y la Alianza del Pacífico tienen un gran potencial para una cooperación efectiva en iniciativas de políticas de innovación. En todos los países de América Latina se necesita una política pública para incentivar los acuerdos de cooperación e institucionalizar la cooperación para mejorar el vínculo entre la política exterior y el i+D; para promover el desarrollo de los países.
Al mismo tiempo, una política exterior que incluya de manera más sistemática la I+D+i, que permita ampliar los acuerdos de cooperación con otros países y la transferencia de tecnología, así como el intercambio de innovaciones en diversos campos, sin duda tendría un impacto significativo en los países que se desarrollan en dirección a América Latina.
Actualmente, organizaciones internacionales como el Grupo del Banco Mundial está ayudando a los gobiernos latinoamericanos a desarrollar una estrategia nacional de innovación, recomendando las mejores prácticas sobre instrumentos innovadores, como incentivos fiscales para la investigación y el desarrollo definidos con mayor claridad.
Otras áreas de mejora incluyen la educación, la capacitación en el trabajo, la inversión gubernamental y empresarial en ciencia y tecnología, y la mejora del entorno de innovación. Los resultados de este año muestran que para dar rienda suelta a su fuerza común, los países latinoamericanos deben prestar especial atención a la creación de un entorno propicio para la creatividad a nivel nacional y cooperar más en investigación, desarrollo e innovación a nivel regional.
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Conclusiones
Para evitar quedarse fuera del tren mundial del desarrollo, es imperativo que América Latina abrace la innovación y las tecnologías disruptivas a gran escala. Las soluciones informáticas, la web 3.0, el mega procesamiento de datos y la avalancha de nuevas industrias digitales, abre la posibilidad a América Latina para transformar la prosperidad económica y social en una realidad.
Sin embargo, es importante que los países de Latam evadan exitosamente éste fenómeno trampa que hemos esbozado más arriba. Es necesario que nos enfoquemos en desarrollar tecnologías que puedan cristalizarse en soluciones que la gente demande, para así mejorar nuestras sociedades, y potencialmente las del resto del mundo, a través del comercio y la integración mundial.
