¿Por qué somos tan pobres?

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Educar para avanzar: TICs y educación en América Latina

Educar para avanzar: TICs y educación en América Latina

La cuestión educativa es una pieza central en cualquier sociedad a la hora de hablar de su prosperidad en el largo plazo. Por lo general, aquellos países que priorizan educar a sus jóvenes con currículas y tecnologías de vanguardia, que confluyen con las características y necesidades del futuro cercano, son los que ven un creciente desarrollo social.

Algunos organismos de importancia internacional, como el Foro Económico Mundial, han otorgado un rol central a la educación como motor del desarrollo de sociedades sostenibles, inclusivas y prósperas. Cuantificado en su pilar de ‘Habilidades’, datos como la media de años de escolaridad; capacitación de los docentes; habilidades y herramientas digitales como también el fomento de pensamiento crítico, forman parte de los indicadores que el Foro ha señalado como más importantes.

Sin embargo, también hay que entender nuestro contexto: ante una era de constante cambio y digitalización, se hace necesario adaptar los paradigmas de enseñanza a ésta nueva realidad. En éste artículo, exploraremos cuáles son esos cambios de paradigma necesarios, qué impacto ha tenido la pandemia en la digitalización de la educación, y cómo se pueden prolongar éstos esfuerzos en el tiempo.

¿Cambios? Cómo pensar una educación para el s. XXI

Si ha habido un factor que han marcado los últimos veinte años, ha sido la evolución de la tecnología. Una de ellas, las denominadas TICs, tecnologías de la información y comunicación, se fueron incorporando cada vez más a nuestro día a día. Dado su uso cada vez más frecuente, se ha vuelto una necesidad su incorporación al ámbito educativo. Esto no solo lo vuelve necesario el contexto, sino por las ventajas que ofrecen.

Ya en los años 80s, Estados Unidos y el Reino Unido fueron pioneros en la introducción de computadoras y talleres de programación en escuelas. También en la promoción de uso de portátiles, con el fin de cerrar las incipientes brechas tecnológicas entre diferentes grupos demográficos.

Éste enfoque más bien ‘técnico’, de enseñanza de métodos y lenguas de programación, fue reemplazado en los 90s por un enfoque pedagógico. Estas hacían uso de las TICs como recursos para complementar los métodos más tradicionales. Sin embargo, que la novedad complemente la obsolescencia ya no es suficiente. Los nuevos métodos, deben reemplazar a los antiguos.

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Sin embargo, esto es especialmente problemático para los países en vías de desarrollo, donde la falta de inversión pública y privada en educación, se completa con infraestructura inadecuada, o directamente faltante, y poca penetración de herramientas como el internet. En Latinoamérica, hablar de inclusión de TICs es materia conocida. Ya en los 90s, varios países de la región habían comenzado a dotar de computadoras y conexión a internet a sus establecimientos educativos.

Algunas décadas después, los progresos parecen haberse estancado. Hoy en día, es más factible encontrar computadoras, tablets y smartphones de calidad decente en las casas de un alumno, que en el lugar en donde estudia. Al menos, en Latinoamérica. Ni que hablar del internet. Atrás quedaron los días donde se debía recurrir a una computadora con conexión física para googlear información. Penosamente, para muchas escuelas, una conexión Wi-Fi veloz y estable es aún, un sueño.  

Sin embargo, si hay algo que nos enseña la historia (una y otra vez) es que circunstancias extraordinarias requieren medidas extraordinarias. La pandemia de COVID-19 requirió, casi por la fuerza, la readaptación de los sistemas educativos en Latinoamérica. ¿Lo positivo? Pareciera que muchas de las lecciones aprendidas durante, casi, dos años de pandemia, llegaron para quedarse. Veamos las estrategias adoptadas por algunos países de la región en pandemia, y cómo podrían revolucionar nuestro sistema educativo.

Digitalización educativa en América
Gráfico 1. Digitalización educativa en América Latina. Fuente: Statista.

Las estrategias intra-pandemia

Como bien se ha demostrado en estos dos años, la pandemia de COVID-19 ha obligado a todos los países del mundo a replantear sus esquemas educativos. Esto ha sido más sencillo para los países desarrollados, donde la disponibilidad de recursos e infraestructura es sustancialmente mayor. En tanto, los países en vías de desarrollo la han tenido mucho más complicada. Aún así, los resultados podrían sorprender a más de uno.

En un relevamiento realizado por el Banco Mundial, se revistaron los principales avances en varios países latinoamericanos. La sorpresa fue que, uno de los recursos a los que se acudió en primera instancia, fueron las TICs. Veamos algunos ejemplos:

  • Colombia: éste país organizó, como medio de respuesta primaria, la plataforma ‘Aprender Digital’. Una multiplataforma con más de 80.000 recursos digitales, organizados por grados. Un aspecto interesante fue también la distribución del contenido: no solo en videos, sino también juegos, trivias y aulas virtuales. Esto demuestra la versatilidad de las TICs.

  • Uruguay: uno de los países que más fuertemente invirtió en TICs para el abordaje educativo durante la pandemia, el país oriental un sistema nacional de gestión del aprendizaje (LMS) donde cada educador tiene su aula virtual y puede gestionar los contenidos que prefiera. Además, Uruguay es un pionero en la introducción de computadoras en el aula, a tal punto que a cada estudiante de colegios públicos se le otorga una notebook.

  • Paraguay: es, hasta ahora, el único país Latinoamericano que logró un paquete educativo de costo cero, que será distribuido a 60.000 profesores y más de 1.2 millones de estudiantes, de manera íntegramente virtual.
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Gráfico 2. Pandemia y educación en América Latina. Fuente: CEPAL.

Conclusiones: ¿es posible consolidar estos modelos?

Si algo nos ha enseñado la pandemia de Coronavirus, es la capacidad de adaptación que tienen la mayoría de los países cuando se trata de asegurar servicios de primera necesidad. Como aclaramos al principio del análisis, la educación es un recurso fundamental para pensar el desarrollo y la prosperidad de los países.

Pero el mundo de hoy nos pide mucho más que cumplir con el mínimo de estándares. Nos pide superarlos. Y para lograrlo, es necesario que las estructuras tradicionales den paso a nuevas metodologías, que vayan en consonancia con las necesidades y desafíos del nuevo siglo.

Es así como llegamos al abordaje de las nuevas tecnologías en el sector educativo. Las medidas van mucho más allá de entregar computadoras, instalar redes Wi-Fi o crear sistemas de enseñanza en línea. Se necesita una integración virtuosa de nuevas currículas formales, con contenidos para gestionar negocios y tendencias de ésta década, complementariedad de metodologías y herramientas educativas innovadoras, que despierten el deseo de aprender en los estudiantes.

Ciertamente América Latina tiene mucho trabajo por delante, pero también es cierto que ésta cuestión, es sólo un ejemplo más de cómo la prospectiva y la voluntad política y social de cambio, puede sentar las bases para un futuro próspero.

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