¿Por qué somos tan pobres?

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Comercio exterior: un eterno drama argentino

Comercio exterior: un eterno drama argentino

La Argentina ha demostrado ser, históricamente, un país en donde las políticas en materia de comercio internacional tienen resultados más lesivos que alentadores para los agentes de este rubro.

Es así como muchos de los damnificados por estas políticas comerciales erráticas, terminan por perderlo todo: maquinaria, infraestructura, mercados, incluso emprendimientos enteros. En Argentina esto es moneda común desde hace décadas, y constituye una prueba más de los problemas que arrastra el país del sur en materia económica.

Ahora bien, ¿Cuáles son estas políticas? ¿Por qué hacen tanto daño? ¿Quiénes son los principales perjudicados? Exploremos las respuestas a estas preguntas a continuación.

Balanza comercial de la Rep. Argentina (2001-2020). Elaboración propia en base a datos de INDEC.

Entendiendo la matriz comercial argentina

Argentina es, tristemente, conocida mundialmente como un país problemático en materia económica, de lo cual se desprende automáticamente el aspecto comercial. Si hablamos de comercio exterior, el principal paradigma del país está atravesado por la idea de sustitución de importaciones. ¿Qué es esto?

Básicamente, es una idea arcaica que busca crear sustitutos locales de productos foráneos, por lo general a una menor calidad y a un mayor precio para los consumidores. Aquí vemos los primeros perdedores de éste tipo de medidas: los mismos ciudadanos, que deben prescindir de bienes de más alto valor por los disponibles en su país de origen.

Sin embargo, la matriz sustitutiva trae una paradoja: muchas veces para producir, éste tipo de industrias necesitan importar insumos que no se consiguen en el país de origen, por lo que se termina comprando afuera de todos modos. Esto luego genera mayores desequilibrios entre importaciones y exportaciones, lo que se conoce como “balanza comercial”.

Otro de los principales puntos de la matriz comercial argentina es su obsesión con la limitación a las exportaciones. Aquí hay una plétora de perdedores. Un ejemplo es la prohibición a las exportaciones de carne que todavía rige en el país del sur. De acuerdo a datos oficiales, desde la imposición de ésta prohibición, las ventas internacionales cayeron un 44,7% y el consumo interno de carne también bajó, casi un 5%. Cabe señalar que medidas como éstas ya se habían puesto en práctica diez años atrás, y las consecuencias fueron aún más terribles: los precios subieron un 300%, se cerraron más de 100 frigoríficos, y miles de personas se quedaron sin trabajo. Una triste postal de un conocido problema para la Argentina.

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Componentes de exportaciones e importaciones argentinas. Período Enero - Mayo 2021. Centro de Economía Internacional. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

¿Por qué hacen tanto daño estas políticas?

Son muchos los relatos de emprendedores y empresarios argentinos que, buscando expandir su negocio, importan maquinaria o capital para agrandar sus operaciones. Muchos son también los que narran la titánica tarea que implica lograr esto. Un artículo en un conocido portal de noticias argentino, titulado “Como crear una PYME en Argentina sin morir en el intento” narra esto.  

En la nota, un emprendedor de la industria gráfica cuenta los vaivenes constantes que significa invertir en el país austral. En un momento, habla sobre el drama de importar “invertí en una máquina del valor de un departamento. No tenía casa propia, pero me la jugué. De repente me entero que no podía importar las tintas. Me hablan de DJAI, las autorizaciones que debemos emitir a la Secretaría de Comercio para poder comprar productos extranjeros”. Luego continúa “Al cabo de 8 meses, ningún avance. Tuve que despedir 10 empleados y achicar mi empresa”. Sin embargo, deja entrever una frase esperanzadora a último momento «Los emprendedores la vamos a seguir remando igual, porque nacimos para eso, para emprender”.

Éste, y muchos otros relatos, dan cuenta de los desastres que generan éste tipo de restricciones. Personas que apenas pueden mantener a flote sus emprendimientos, ni hablar de progresar. Ésta matriz comercial, que puede tener las mejores intenciones, siempre termina por trastocar los engranajes de la economía. Lleva a la pérdida inexorable de empleos, a la baja de salarios y al estancamiento general del sector empresarial.

Todo esto ha sido advertido por organizaciones de renombre como el Foro Económico Mundial, en su Índice de Competitividad Global (2019) un informe donde se describen los pilares que hacen a la competitividad general de un país. Uno de ellos, es el denominado “Mercado del Producto” donde se analiza el impacto de las barreras comerciales (como las descritas anteriormente), su valor bruto, su eficiencia y complejidad. Los resultados de éste Indice permiten apreciar lo dramático de la situación en el país austral. Aquí Argentina se ubica en el puesto 120º de 142 países estudiados. Adicionalmente, ocupa el puesto 111º en materia de apertura comercial, 124º en materia de % de aranceles y 100º en materia de eficiencia de los mismos.

Esto permite entrever lo problemático que resulta la inserción de productos argentinos en el exterior, así como también el cuasi nulo grado de recepción de productos extranjeros, lo cual no solo encarece los productos nacionales, sino que también le resta competitividad a la industria.

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Argentina ocupa el puesto 120º en el pilar "Mercado del Producto" en el Global Competitiveness Index. Foro Economico Mundial 2019.

Conclusiones

Como hemos descrito a lo largo de éste análisis, Argentina resulta un país con un panorama muy complejo e incierto en materia comercial. Por un lado, una montaña de regulaciones, trabas y barreras arancelarias y no arancelarias, que dificultan no solo el intercambio de bienes y servicios, sino la inserción de productos argentinos en nuevos mercados, y la mejora en la competitividad global de la economía.

Por otro lado, los costos en la micro-economía, como el caso que analizábamos del emprendedor gráfico, que con tan solo un trámite burocrático mal implementado, se vió obligado a desarmar gran parte de la estructura de su empresa con tal de mantenerse a flote.

Todo esto configura enormes costos para la Argentina, dado que se desperdician recursos, se mina el progreso y la población retrocede en términos de calidad de vida. Esto compone el panorama macro. Sin embargo, hay algo peor: y es el panorama micro. Historias como las del rubro agrario, ganadero y gráfico, entre tantas otras, nos dan una idea de la gente detrás de los números, y nos permiten ver que una política desacertada no es solo un número negativo en un papel, sino cientos de proyectos de emprendedores e innovadores, que se van apagando, al compás del deterioro económico.

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