El porcentaje de personas de la población mundial que trabaja en el sector de servicios a nivel mundial, ya sobrepasó a aquellas empleadas en la industria de manufacturas y venta de productos tangibles. Es así como 1700 millones de personas se avocan a la industria de los intangibles. El apogeo que vive la misma se encuentra fogoneado por una era de crecimiento marcada por el exponencialismo, la hiperliquidez de los mercados de crédito y, por sobre todo, el enorme volumen de inversión en i+D (investigación y desarrollo) en la gran mayoría de los rubros.
Un aspecto particular de ésta última etapa, tiene que ver con el rol, cada vez más protagónico, del uso del conocimiento como principal compuesto de un amplio abanico de servicios, que proveen cada más valor a los mercados y, conjuntamente, a los usuarios. Es la llamada ‘Economía del Conocimiento’, la que se abierto paso con modos altamente disruptivos a fin de hacer del conocimiento el principal activo de un negocio. La misma se inscribe dentro de uno de los pilares del Índice de Competitividad Global elaborado por el Foro Economico Mundial, en el año 2019, cuando se habla de la «Capacidad de Innovación» de los países.
En éste artículo, abordaremos qué entendemos por Economía del Conocimiento, qué características tiene las mismas, y cuál es su impacto presente (y futuro) de dicha industria en América Latina.
Economía del conocimiento bajo la lupa
La economía del conocimiento puede entenderse como “capital cognoscitivo”, que abarca tanto la economía del saber, como las TIC y el sector del conocimiento (Dautrey, 2012). Una de las grandes características de la economía del conocimiento, tiene que ver con el altísimo grado de aprovechamiento de la información y el conocimiento en general para crear productos o servicios de alta calidad y complejidad.
Otra característica tiene que ver con la deslocalización de la producción manufacturera. Esto hace que cada vez más empresas busquen mudar su producción de mayor amplitud material a zonas del globo “periféricas”, mientras las que permanecen se enfocan en la inversión de conocimiento y capital variable.
La economía del conocimiento también ha empujado a la gran mayoría del comercio mundial a ser predominantemente una actividad donde el rubro de los negocios basados en formas materiales, no cognoscitivas, ocupe un lugar cada vez menor en el comercio mundial.
En éste sentido, también cabe destacar algunos datos accesorios: De acuerdo a datos de Naciones Unidas, la exportación de bienes y servicios creativos crecieron un 134%. También hay que entender que durante buena parte de la primera década del s. XXI, la economía creativa llegó a suponer más de un 6% del PBI mundial.
Dicho esto, veamos ahora algunas formas de aplicación que se vienen dando de éste fenómeno en América Latina.
Los 4 pilares fundamentales de la Economía del Conocimiento
Dado el alto grado de formación y expertise que requiere la EdC para funcionar y producir de manera correcta, es decir creciendo, es necesario atender a 4 fenómenos principales:
- Un sistema educativo robusto y bien estructurado.
- El desarrollo y uso de una infraestructura de acceso a la información y telecomunicaciones
- Un sistema de innovación y vinculación agil entre empresas y el sector académico
- Un marco institucional del gobierno que fomente el emprendimiento de base científica y que gestione de manera eficiente y transparente incentivos económicos para la innovación.
Como podemos observar, la economía del conocimiento está cimentada sobre las bases de la educación, la infraestructura tecnológica y un entramado de leyes que favorezcan la creación sencilla y flexible de empresas.
Son éstos los factores que, muchas veces, dificultan el avance de éste sector, ya que si prestamos atención, nos daremos cuenta que América Latina atraviesa profundos problemas educativos (altas tasas de deserción escolar y universitaria, problemas en el acceso al sistema y una pobre infraestructura pública), tecnológicos (expertos afirman que el 5G, por ejemplo, puede llegar a tardar hasta 15 años en adoptarse, cuando en otros países emergentes ya encuentran niveles importantes de cobertura) y de leyes laborales y empresariales (los países de América Latina, a excepción de algunos como Chile o Costa Rica, son algunos de los más difíciles a la hora de hacer negocios).
Pero tampoco todo es oscuridad absoluta. Veamos qué se está haciendo hoy en materia de avance de economía del conocimiento en Latinoamérica, y qué promete ésta industria para la región.
Economía del conocimiento en Latinoamérica
Para inicios de la década de 2010, el sector vinculado al conocimiento en la región latina ya exportaba a valores de 650 millones de dólares anuales. Un volumen muy importante si comprendemos que, para ese entonces, la industria a nivel global valía unos 4,3 billones.
Siguiendo a Duque Escobar (2018) “una opción sin precedentes en América Latina es la creación de sinergias entre la economía verde y economía del conocimiento, articulando esfuerzos entre el Estado, las empresas y las instituciones científicas”.
Otro aspecto tiene que ver con el desarrollo de la llamada economía naranja: solo en el año 2015, en América Latina se habían creado 1,9 millones de nuevos puestos de trabajo e ingresos por valores de 124.000 millones de dólares. En Colombia, sólo el sector vinculado a la economía del conocimiento significaba ya el 1,6% del PIB, y el sector servicios, más del 3,5% del PIB. Esto demuestra la importancia actual y la potencialidad futura de éste sector.
En Brasil, la inversión en investigación y desarrollo ya representa más del 1% del PIB nacional, cuando la media latinoamericana se encuentra alrededor del 0,70%. Hay que tener en cuenta que Brasil cuenta con industrias que se han insertado en mercados con barreras de entrada particularmente difíciles de superar, como es el caso de Embraer en el sector aeronáutico, y que ha requerido de grandes inversiones para el desarrollo de muchos de sus exitosos programas. En éste sentido, Brasil es pionera y líder latinoamericana en materia de inversión en i+D.
Argentina es otra referencia latinoamericana en la materia. Allí, el sector de la economía del conocimiento ya representa el 22% del PIB, con proyecciones a expandirse hasta el 25% para el año 2025m e incluso el 30% si se acompaña el desarrollo del sector con políticas focalizadas. El rubro vinculado al conocimiento ya emplea a más de 400.000 personas, además de ser uno de los rubros mejor pagados, con una media de 24 mil dólares anuales, un 45% más que el promedio de la economía.
Conclusiones: un enorme potencial
Latinoamérica, hoy, presenta grandes falencias respecto al cumplimiento de los pilares para el desarrollo de una industria del conocimiento. Temas como la educación, la infraestructura tecnológica y la penetración del internet, así como también en materia regulatoria, laboral e impositiva. Sin embargo resulta por lo menos llamativo, como a pesar de todas estas dificultades, Latinoamérica ha conseguido, no sólo dar los primeros pasos en éste rubro, sino establecer una sólida base en dicho sector.
Pensando contrafácticamente, es curioso pensar hasta donde podría llegar Latinoamérica si se acompañara el desarrollo de éste sector con políticas públicas que faciliten el registro de nuevas empresas vinculadas al área, así como la contratación y el acceso al crédito. Al fin y a cabo, el sector de la industria del conocimiento, es uno más con posibilidades de convertirse en la “locomotora” del desarrollo latino, sólo hace falta que el sector público tome la decisión política de ir hacia adelante.
Referencias bibiliográficas:
Duque Escobar, G “America Latina y las oportunidades en la economía del conocimiento” Disponible en: https://www.eje21.com.co/2018/04/america-latina-y-las-oportunidades-en-la-economia-del-conocimiento/
Calzada, J & Gaggiotti B (2019) “Indicadores clave de la economía del conocimiento en Argentina” Disponible en: https://www.bcr.com.ar/es/mercados/investigacion-y-desarrollo/informativo-semanal/noticias-informativo-semanal/indicadores-0
CEPAL (2008) “Espacios Iberoamericanos: La economía del conocimiento”. Repositorio CEPAL.
Dautrey, P (2012) “La economía del conocimiento en America Latina: ¿Hacia la irrelevancia?” DIALNET. WEF (2019) “The Global Competitiveness Index” Disponible en: https://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf